Visita histórica de Walt Disney a la Perla del Caribe
En un día soleado de finales de febrero de 1957, el aeropuerto de Ciudad Trujillo, actual Santo Domingo, fue testigo de un acontecimiento sin precedentes. Entre el bullicio de los viajeros y el ajetreo propio de un terminal aéreo, una figura conocida a nivel mundial pisó suelo dominicano: Walt Disney, el visionario creador de Mickey Mouse y fundador del imperio que llevaba su apellido, había llegado al país caribeño.
Desde su llegada, Walt Disney fue recibido con todos los honores. Una comitiva oficial, encabezada por altos funcionarios del régimen, lo escoltó hasta su suite en el lujoso hotel Jaragua, donde se hospedaría durante su breve estadía. A pesar de su agenda apretada, Disney encontró tiempo para disfrutar de las bondades que ofrecía la isla.
El motivo principal de la visita de Disney era explorar las posibilidades de filmar una película en territorio dominicano. Acompañado por un séquito de asesores y técnicos, el creativo recorrió diversos escenarios naturales, evaluando su potencial para servir como telón de fondo a una de sus futuras producciones.
Desde las interminables playas de arenas blancas hasta los exuberantes valles del interior, Disney quedó cautivado por la belleza natural de la isla. Incluso se dice que consideró la idea de construir un parque temático en las cercanías de la capital, aunque esta propuesta nunca se materializó.
A pesar de su breve estadía, la visita de Walt Disney dejó una huella indeleble en la historia dominicana.
Su presencia en el país caribeño fue ampliamente difundida por los medios de comunicación locales, que no escatimaron en elogios hacia el ilustre visitante.
Trujillo, por su parte, aprovechó al máximo la oportunidad para promocionar su régimen ante los ojos del mundo. Organizó suntuosos banquetes y recepciones en honor a Disney, donde no faltaron los discursos encomiásticos y las muestras de hospitalidad desbordante.
Aunque nunca se concretó la filmación de una película en suelo dominicano, la visita de Walt Disney dejó un legado duradero. Su paso por el país sirvió para reforzar la imagen turística de República Dominicana en el exterior, proyectando una visión de un destino exótico y pintoresco, listo para ser explorado por el ojo curioso de las cámaras de Hollywood.
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